Una de las mayores barreras para vivir una sexualidad plena es la dificultad para comunicar
nuestros deseos, límites y necesidades. Carmen, una de mis clientas, me confesó después de
varios meses de trabajo: “Llevo 10 años casada y nunca le he dicho a mi marido lo que
realmente me gusta. Finjo que todo está bien, pero por dentro me siento invisible.”
La historia de Carmen no es única. Es la realidad silenciosa de millones de mujeres que
prefieren permanecer en el silencio antes que arriesgarse a ser vulnerables en la comunicación
sexual.
¿Por qué nos cuesta tanto hablar de sexo?
La comunicación íntima requiere una vulnerabilidad extrema. Cuando hablamos de nuestros
deseos sexuales, nos exponemos a:
El rechazo: “¿Y si no le gusta lo que pido? ¿Y si piensa que soy demasiado exigente?”
El juicio: “¿Pensará que soy rara? ¿Que tengo fantasías inapropiadas?”
La incomprensión: “¿Y si no me entiende? ¿Y si malinterpreta lo que digo?”
El conflicto: “¿Y si esto genera problemas en nuestra relación? ¿Y si es mejor no decir
nada?”
Estos miedos son comprensibles, pero mantenerlos nos condena a una vida sexual que no
refleja quienes realmente somos.
Los costos del silencio sexual
Cuando no comunicamos nuestros deseos sexuales, pagamos un precio muy alto:
- Resentimiento acumulado El silencio sobre nuestras necesidades crea una acumulación de
frustración que eventualmente explota en otros aspectos de la relación. - Desconexión progresiva Cada encuentro sexual donde no expresamos lo que queremos,
nos alejamos un poco más de nuestra pareja y de nosotras mismas. - Pérdida de autenticidad Vivir una sexualidad que no es nuestra verdad nos desconecta de
nuestra esencia más íntima. - Disminución del deseo Es natural que perdamos el interés en algo que no nos satisface
plenamente.
Las 7 claves de una comunicación íntima exitosa
1. El timing es todo
Nunca durante o inmediatamente después del encuentro íntimo. El momento perfecto es
cuando ambos están relajados, sin prisa, y en un ambiente neutral (no en el dormitorio).
Algunos momentos ideales:
- Durante una caminata tranquila
- En una cena íntima sin distracciones
- En un momento de conexión emocional profunda
2. Usa el “yo” en lugar del “tú”
En lugar de: “Nunca me haces sentir bien” Di: “Me encantaría explorar juntos formas de
intensificar nuestro placer”
En lugar de: “Eres muy rápido” Di: “Disfruto mucho cuando tomamos más tiempo para
conectar”
3. Celebra lo positivo primero
Siempre comienza reconociendo lo que sí funciona en su intimidad. Esto crea un ambiente
seguro y receptivo antes de introducir cualquier sugerencia de cambio.
“Me encanta cómo me tocas cuando… y me preguntaba si también podríamos explorar…”
4. Sé específica pero amorosa
En lugar de críticas vagas, ofrece sugerencias específicas envueltas en amor:
“Me gustaría que fueras más lento al principio” es más útil que “No me gusta como lo haces”
5. Invita a la exploración conjunta
Presenta nuevas ideas como aventuras que pueden descubrir juntos, no como deficiencias que
necesitan corregirse.
“¿Te gustaría que exploráramos…?” “He estado curiosa sobre… ¿qué opinas?”
6. Comparte tus fantasías gradualmente
No necesitas revelar todo de una vez. Comienza con fantasías más suaves y ve construyendo
confianza progresivamente.
7. Crea un código íntimo
Desarrollen un lenguaje especial para comunicarse durante el encuentro íntimo:
- Palabras clave para “más de esto”
- Señales para “cambiemos el ritmo”
- Frases para expresar lo que más les gusta